Esas apreciaciones son pertinentes pero no viables y no son viables porque jamás tendrán una respuesta creíble dado el grado de deterioro que se encuentra la credibilidad del individuo. Este señor está en la formación de su proyecto político y por consiguiente le importa una carajo lo que tenga que hacer para lograrlo, él es solo él, la patria y sus ciudadanos que vayan muy largo al carajo, hará lo que tenga que hacer para alcanzar su objetivo.
Lo que es denigrante y que debe causarnos asco; es que los encargados de velar por la seguridad de la patria, a los que se entregamos las armas de la república y juraron ante nuestra bandera la defensa de ella, se conviertan en cómplices por acción unos y omisión la gran mayoría, al contemplar como unos delincuentes foráneos se están apoderando hasta ahora en forma solapada de nuestro territorio.
Que vergüenza y afrenta para los militares que aun viven y que insulto y desprecio a la memoria de los fallecidos que con valor y sentido patriótico sacaron a patadas en la década de los sesenta de nuestro sagrado suelo a los bandidos comunistas enviados por el sátrapa Fidel y dieron su merecido a los apátridas traidores autóctonos que quisieron entregar la patria. Por cierto, enquistados hoy en el régimen terminando cómodamente desde un escritorio lo que no les fue posible lograr para la época.
¡La historia los recordará con desprecio, pero sus hijos los maldecirán por traidores!
Luis Varela Luzardo
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