SOLO FUE UN BONITO SUEÑO

SOLO FUE UN BONITO SUEÑO

Año de 1998 se realizan elecciones en un país al que Dios le dio la más ingente riqueza, y le corresponde el triunfo a un militar que siete años antes había tratado de obtener el poder por la vía de las armas y había fracasado en su propósito, pero luego de haber pagado a la sociedad por su intento se plegó al sistema para buscar el poder a través del orden establecido en La Constitución y las Leyes.

Su comienzo fue por demás lleno de humildad, paz y propósito constitucional desde el mismo momento en que le fue colocada la banda presidencial. En su discurso inicial se comprometió hacer de ese país un gran potencia económica y comenzó por extenderle invitación a todos los inversionistas del mundo para que instalaran allí sus industrias sus empresas de cualesquier género.

Por supuesto el mandatario se rodeo de los hombres y mujeres más representativos y capaces, formó un gabinete ministerial con lo más granado del país, sin importarle el campo político al que pertenecían, se comportó con el más absoluto respeto de los demás poderes y se dedicó a lo que debía hacer como presidente de una nación.

Inició su mandato y su primer decreto de hecho, fue para incentivar a los entes inversores haciéndose eco de la promesa de su primer discurso, al poco tiempo comenzó a llegar por oleadas de todas partes del mundo los que deseaban formar parte de ese contingente de empresarios deseosos de invertir su dinero en esa maravillosa tierra.

Dada la carencia de espacios para las grandes fábricas el régimen dialogó con las personas poseedoras de extensiones de tierras ociosas conminándolos a ceder parte de ellas si no estaban en capacidad de ponerlas a producir de inmediato, pero también les prometía incentivos para elevar la producción agrícola y pecuaria.

Tuvo la suerte además que el producto de exportación de ese país tuvo una subida de precios excepcional y su producción se duplicó, que digo duplicó, hasta se triplicó puesto que se elevó la nómina de sus técnicos y profesionales capaces, hasta el punto de tener que importarlos.

Igualmente la infraestructura de la empresa que procesaba ese producto fue mantenida con gran celo y profesionalismo por un equipo de lo más selecto.

El desempleo desapareció con la instalación de tantas empresas hasta el punto que se hacía necesario la importación de mano de obra calificada. La inseguridad, la pobreza, la inflación, la mendicidad, todas las cosas que son producto de la ineficiencia, de la incapacidad y del populismo de algunos gobiernos “ñángaras” es lógico que se colocaron en su mínima expresión.

Después de una década, ese país se autoabastece en casi todos los renglones, se ha hecho exportador no solo de lo que era su único ingreso. Ese país, ese hermoso país vive en la más absoluta bonanza, su presidente unió a su pueblo impregnándolo con ese verbo de paz, de amor, de comprensión, de tolerancia y respeto.

Es un país donde la libertad de expresión se respeta en todas sus dimensiones, además que se puede decir que no sea cantar loas al régimen. ¿Quién en su sano juicio va a querer salir de un mandatario con esas características ¡Ah! O sí.

¡Disculpen, me desperté, fue solo un muy bonito sueño!

LUÍS VARELA LUZARDO