A ese individuo olvidemos de que va a salir del poder por un golpe de estado, (Los perros le mueven el rabo a quienes los alimentan) para que eso se dé hace falta la participación de un estamento militar. A través del voto es iluso pensar que si durante las últimas once elecciones nos han hecho las mas descaradas trampas, en la que está a punto de realizarse lo vayan a hacer diferente.
Por la participación de elementos foráneos, eso ni pensarlo, mientras los negocios sean buenos a ellos les importa un carajo lo que hagan con la gente. Y mientras los venezolanos sigamos pensando que la meta del comunismo es una mamadera de gallo seguiremos siendo alienados miserablemente y no porque ellos sean muy inteligentes, si no porque la mayoría de nosotros somos tremendos bolsas.
Y fíjense si nos estamos alienando, que cuando empezaron los cortes de luz, maldecíamos a los causantes de este hecho, pero ahora nos alegramos cuando no la restituyen y habemos hasta quienes aplaudimos y damos las gracias por ese logro.
Antes íbamos a los supermercados y nos llevábamos la cantidad de productos que nos diera la gana, cuando comenzó la escasez protestábamos a rabiar, ahora humildemente cuando se consigue el producto, tomamos uno de los anaqueles porque es lo que nos permiten comprar.
Nuestro cerebro se está adaptando a lo que estos facinerosos se han propuesto, y de seguir así, dentro de muy poco tiempo seremos las nuevas focas que aplaudiremos todas las estupideces que se digan y se hagan desde el poder.
Por ejemplo: ese 50% de los llamados abstencionistas y que aparte de los creadores del engendro, son los causantes de que siga en el poder, cuando despierten de su estúpido letargo les será demasiado tarde y tendrán que cargar ante sus descendientes con el fardo de la vergüenza por no haber hecho lo debido cuando les correspondió hacerlo.
Un pueblo es pisoteado, mientras no reaccione con valentía para que se le respeten sus derechos.
Los malos dejan de serlo a partir del momento que los buenos enfrenten su maldad con coraje y determinación.
LUIS VARELA LUZARDO
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