¡AMOR!
Permítanme decir algo que tal vez suene como irreverente ante esa definición sentimental que se etiqueta con el vocablo amor. El amor es como la verdad, cada uno le da la importancia que cree para si debe tener y le da su valor al cual por supuesto se le debe respeto, pero es lo que cada uno dice sentir, nadie puede medir con un "amorómetro" lo exacto de su sentimiento.
Como soy un acérrimo enemigo de la hipocresía puesto que es un sentimiento ruin y perverso y conste que esto que expongo es mi punto de vista o sea lo que yo considero mi verdad, (No es porque lo sea) en lo que se refiere al amor entre parejas con el propósito de unir sus vidas, creo que más importante que el amor es la comprensión entre ellos. Dos seres unidos comprendiéndose honestamente, tienen mucho más posibilidades de permanecer unidos que los que se unen amándose pero sin conocer de verdad a quien se une.
Es fácil decir hipócritamente te amo. Difícil es después de consumado el proceso aceptar lo que no nos es compatible pero que por estar muy enamorados no tuvimos la valentía de manifestarlo en el momento para no perder lo que creíamos que amábamos. Allí comienza el desplome del jurado amor. Esa es la causa de que hoy día, las parejas duran más tiempo “amándose” que las uniones duraderas, así sean matrimoniales o concubinarias.
Por ejemplo yo no me case jurando loco amor a la que es mi esposa. Cuando decidí casarme debía buscar la mujer ideal o sea la que me supiera comprender, que fuera afín en buena parte a mi manera de ser, sin mentirle sobre mi carácter, haciéndole conocer mis fortalezas y debilidades, mis virtudes y mis defectos. Sincerándome con ella y solicitándole lo fuera igualmente conmigo.
Hoy queridos amigos, llevo 46 años de casado, hemos procreado cinco hijos y no solamente la amo, la adoro con todas las fuerzas de mi alma. Y lo más importante sin haber tenido ningún tipo de desavenencias, en este largo recorrido.
Luís Varela Luzardo
Permítanme decir algo que tal vez suene como irreverente ante esa definición sentimental que se etiqueta con el vocablo amor. El amor es como la verdad, cada uno le da la importancia que cree para si debe tener y le da su valor al cual por supuesto se le debe respeto, pero es lo que cada uno dice sentir, nadie puede medir con un "amorómetro" lo exacto de su sentimiento.
Como soy un acérrimo enemigo de la hipocresía puesto que es un sentimiento ruin y perverso y conste que esto que expongo es mi punto de vista o sea lo que yo considero mi verdad, (No es porque lo sea) en lo que se refiere al amor entre parejas con el propósito de unir sus vidas, creo que más importante que el amor es la comprensión entre ellos. Dos seres unidos comprendiéndose honestamente, tienen mucho más posibilidades de permanecer unidos que los que se unen amándose pero sin conocer de verdad a quien se une.
Es fácil decir hipócritamente te amo. Difícil es después de consumado el proceso aceptar lo que no nos es compatible pero que por estar muy enamorados no tuvimos la valentía de manifestarlo en el momento para no perder lo que creíamos que amábamos. Allí comienza el desplome del jurado amor. Esa es la causa de que hoy día, las parejas duran más tiempo “amándose” que las uniones duraderas, así sean matrimoniales o concubinarias.
Por ejemplo yo no me case jurando loco amor a la que es mi esposa. Cuando decidí casarme debía buscar la mujer ideal o sea la que me supiera comprender, que fuera afín en buena parte a mi manera de ser, sin mentirle sobre mi carácter, haciéndole conocer mis fortalezas y debilidades, mis virtudes y mis defectos. Sincerándome con ella y solicitándole lo fuera igualmente conmigo.
Hoy queridos amigos, llevo 46 años de casado, hemos procreado cinco hijos y no solamente la amo, la adoro con todas las fuerzas de mi alma. Y lo más importante sin haber tenido ningún tipo de desavenencias, en este largo recorrido.
Luís Varela Luzardo
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