
¡LA SOCIOPATÍA!
La sociopatía, también conocida como trastorno de personalidad antisocial (TPA), es una patología de índole síquico que deriva en que las personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales.
Los sociópatas son personas que padecen un mal de índole psiquiátrico, un grave cuadro de personalidad antisocial que les hace rehuir a las normas preestablecidas; no saben o no pueden adaptarse a ellas. Por esto que, a pesar de que saben que están haciendo un mal, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, cometiendo en muchos casos delitos graves.
Se estima que este trastorno es causado por una variedad de factores. Muchos son de índole genético, heredados de algún miembro de la familia que ya los padeció. Pero también el entorno de la persona, especialmente el de los familiares directos, tiene mucha importancia en su posterior desarrollo.
Las personas con trastorno de personalidad antisocial no logran admitir que están frente a un problema que debe ser tratado.
El sociópata, al igual que el psicópata, es imputable y plenamente consciente de sus actos. Pero sus impulsos y la necesidad de satisfacer sus deseos hacen que no le importen los métodos que tenga que emplear para lograrlo.
Luis Varela Luzardo
La sociopatía, también conocida como trastorno de personalidad antisocial (TPA), es una patología de índole síquico que deriva en que las personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales.
Los sociópatas son personas que padecen un mal de índole psiquiátrico, un grave cuadro de personalidad antisocial que les hace rehuir a las normas preestablecidas; no saben o no pueden adaptarse a ellas. Por esto que, a pesar de que saben que están haciendo un mal, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, cometiendo en muchos casos delitos graves.
Se estima que este trastorno es causado por una variedad de factores. Muchos son de índole genético, heredados de algún miembro de la familia que ya los padeció. Pero también el entorno de la persona, especialmente el de los familiares directos, tiene mucha importancia en su posterior desarrollo.
Las personas con trastorno de personalidad antisocial no logran admitir que están frente a un problema que debe ser tratado.
El sociópata, al igual que el psicópata, es imputable y plenamente consciente de sus actos. Pero sus impulsos y la necesidad de satisfacer sus deseos hacen que no le importen los métodos que tenga que emplear para lograrlo.
Luis Varela Luzardo
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