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29 de octubre de 2009

¡SEGUÉ LA VIDA DE MI HIJO MAYOR!



¡SEGUE LA VIDA DE MI HIJO MAYOR!

Lo que voy a narrar me apena sobremanera, pero lo hago con el propósito amainar un poco la tristeza que me causa el haber consumado un hecho tan desagradable y que ha impactado muy duramente sobre mi conciencia, pero que las circunstancias me le exigían en vista de que no había otra solución para corregir el daño que estaba causando.

Hace 56 años, cuando llegué al lugar donde hoy habito, sembré en el patio trasero una semilla de mango la cual cuidé con mucho esmero. La planta en cuestión estaba a considerable distancia de la pequeña casa, pero luego de casarme y comenzar a crecer la familia, se requería por supuesto la ampliación de la misma para cubrir los requerimientos que se planteaban, y para lo cual se hizo necesario construir habitaciones y salas sanitarias adicionales.

La semilla comenzó a desarrollarse hasta convertirse en un frondoso árbol, el cual proporcionaba fresca y extensa sombra, grandes y dulces frutos. Era un excelente receptor de aves de diferentes especies que buscaban en él el alimento requerido, pero en la misma medida en que desarrollaba en forma vertical, extendía sus grandes raíces por todo el contorno del suelo ocasionando desde hace algunos años, agrietamiento de paredes, pisos levantados y los mas grave, obstrucción de las tuberías de los servicios sanitarios y drenajes.

Debía tomar una decisión, puesto que el problema se acentuaba a medida que transcurría el tiempo y decidí, muy a mi pesar, prescindir de mi hijo mayor, pues eso era ese árbol para mí, mi hijo de 56 años.Hoy precisamente me senté, frente a él y les juro que me conmovió de forma muy significativa ver como su hermoso traje verde se desprendía a jirones de su cuerpo formando una alfombra amarillenta y mustia en su entorno rígido, mortecino, con sus brazos extendidos sin frutos, sin sus hojas, como diciéndole a las aves ¡Se ha cerrado su albergue, se ha ido conmigo su fuente de alimento, adiós para siempre, amigos!

Luís Varela Luzardo

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